Phillip Ormeño
Marzo 13, 2025
“El planeta necesita disponer de más alimentos y que sean más sanos para enfrentar el cambio climático y el crecimiento de la población”
Phillip Ormeño Vásquez es doctorante en biotecnología vegetal en la Universidad Católica. Este biólogo dejó su país natal Perú para embarcarse en un desafío académico: desarrollar investigaciones que apuntan a redefinir el manejo de plagas en la viticultura, un sector clave para la economía chilena y global, disminuyendo el uso de plaguicidas a través del mejoramiento genético. Su investigación, titulada “A new fungus resistant grapevine: more wine, fewer pesticides”, recibió el Premio del Público en el concurso Tesis en Tres Minutos 2024, de la Escuela de Graduados de la UC.
Por Richard García
El interés de Phillip Ormeño (33) por la biología comenzó desde su infancia, influenciado por su padre, profesor de ciencias biológicas y sus vivencias en la parcela familiar en las afueras de Ica, en Perú. “Había vides, paltos, mangos y otras frutas, por lo que desde siempre estuve vinculado con el tema de los frutales y pude conocer de cerca cómo se cómo se cultivaban”, recuerda.
Aunque esa zona tiene un clima seco, casi desértico, el desarrollo de obras de irrigación ha permitido la presencia de cultivos diversos y se ha transformado en un polo de agroexportación para el Perú. En Chile algo parecido sería el Valle de Azapa, cerca de Arica.
Su interés por las formas de vida, especialmente los vegetales, lo llevó a ingresar en 2009 a la Universidad Nacional San Luis Gonzaga en la misma Ica, donde estudió Biología.
Cinco años después continuó su formación con una maestría en Investigación y Educación Superior, en la Universidad Nacional de Huancavelica, en la ciudad del mismo nombre.
Antes de llegar a Chile, trabajó en diversas áreas de la biotecnología, desde la producción de microorganismos para control biológico, hasta el desarrollo de vacunas recombinantes en el sector privado. Sin embargo, fue un encuentro en 2019 con el académico chileno Patricio Arce, durante un curso teórico práctico sobre mejoramiento genético de frutales que dictó este último en Trujillo, lo que marcó un punto de inflexión en su carrera.
El profesor lo invitó a participar en el programa de doctorado en Biotecnología Vegetal de la Universidad Católica, lo que se materializó recién tres años después, al término de la pandemia. “Me llamó la atención encontrar una línea de investigación donde se pudieran generar nuevas variedades que puedan enfrentar los desafíos del cambio climático y también del crecimiento poblacional, ya que necesita disponer de más alimentos y que sean sanos”.
Arce trabaja junto al Dr. Claudio Meneses, quien es líder del “Agrigenomic Lab”, de la Universidad Católica; director del Programa de Doctorado en Biotecnología Vegetal y presidente de la Sociedad Chilena de Biología Vegetal. “El Dr. Meneses nos enseñó cómo abordar el mejoramiento vegetal a través de uso de herramientas genómicas, lo cual me llamó muchísimo la atención, por lo que quise ahondar más en ello”, recuerda.
El proyecto doctoral de Ormeño apunta a un problema global en la viticultura: el oídio, una plaga que afecta gravemente a los cultivos de vid. Bajo la tutoría del Dr. Meneses, quien es profesor asociado de la UC, y con la colaboración de Patricio Arce, su investigación se centra en caracterizar una línea avanzada de vides resistentes al oídio, desarrollada mediante cruzamientos entre variedades silvestres resistentes y comerciales susceptibles. Phillip Ormeño destaca que este enfoque, que combina ciencia básica y aplicada, busca reducir la dependencia de químicos, promoviendo una agricultura más sostenible y saludable.
El proyecto de mejoramiento genético impulsado por Ormeño lleva más de 20 años en desarrollo, “lo que ha permitido conseguir avances significativos en la evaluación de la resistencia, así como en la calidad enológica de los frutos”, comenta el doctorante.
Acercar temas académicos a la sociedad
La investigación de Phillip Ormeño no solo contempla experiencias de laboratorio sino también ensayos de cultivos en Curacaví. Allí se desarrolla lo que califica como la “parte fisiológica y enológica” del proyecto, ya que se evalúa la fotosíntesis y se colectan los racimos para procesos de micro vinificación, es decir, elaboración de vino a pequeña escala.
El compromiso con su labor científica es total. “Por lo general estoy bastante metido en actividades de campo y de laboratorio, sobre todo con plantas frutales leñosas como son las vides. Como es algo que demora mucho tiempo en desarrollarse hay que estar constantemente monitoreando el riego, el crecimiento, la fertilización. Son como unos hijos y uno tiene que estar ahí, súper pendiente”, compara.
Además de su trabajo de investigación, a Ormeño lo moviliza la divulgación de la ciencia. Una de las experiencias destacadas en ese sentido fue su participación en el concurso “Tesis en Tres Minutos”, que organiza cada año la Escuela de Graduados, de la Vicerrectoría de Investigación de la UC.
Ahí no sólo resumió su compleja investigación en un lenguaje accesible para un público general, sino que además destacó cómo las vides resistentes al oídio pueden transformar la viticultura chilena y ser un modelo para la sostenibilidad agrícola global. “Como estudiante extranjero es un honor poder retribuir la oportunidad que me brinda Chile como país y, a través de mi tesis doctoral, buscar alternativas de solución para un problema vigente como es este hongo dentro de la vitivinicultura. Y también mediante resultados hacer que la ciencia se acerque a la comunidad”, asegura.
En cuanto a la experiencia misma del concurso, destaca que fue muy enriquecedora. “Ayuda a mejorar tu capacidad de síntesis para comunicar de una manera apropiada, pensando en personas que posiblemente no estén tan vinculadas a la ciencia. Poder acercar temas académicos a la sociedad es bastante relevante, sobre todo para que las personas puedan conocer lo que hace un estudiante doctoral”, afirma.
Ormeño reconoce una desconexión entre la academia y la sociedad, y si bien la primera aborda temas que son sumamente relevantes, aterrizarlos para que puedan ser conocidos a nivel general es un desafío. “Procesar la información y ser ordenado para comunicarla es algo que me ha servido bastante no solamente para el tema de ‘Tesis en Tres Minutos’, sino para difusión sobre lo que hago con mis investigaciones”.
Y es que, adicionalmente, Ormeño ha trabajado con comunidades educativas de Santiago como parte del “Taller de Habilidades Transversales” (THT), de la Escuela de Graduados de la UC. Puntualmente, en vinculación con comunidades educativas del PAR Explora de la Región Metropolitana Sur Oriente, asesorando proyectos de investigación en colegios de Lampa, Puente Alto y San Bernardo. “Mi participación en el concurso 3MT y los conocimientos brindados durante el THT me ayudaron bastante. Por ejemplo, para hablar con los docentes, con niños de Educación Básica de manera didáctica y empática, de manera de fortalecer su curiosidad científica e interesarse en resolver desafíos de la vida cotidiana, acercándolos al tema de la ciencia, tecnología e innovación”.
Un futuro prometedor
Debido a la alta exigencia de su investigación, al doctorante no le queda mucho tiempo extra en su día a día. Pese a ello ha logrado hacerse un espacio para practicar natación. “Eventualmente practico de una o dos veces por semana”, detalla. Se interesó luego de recibir información sobre los distintos talleres que ofrece la UC a sus alumnos. “Elegí natación porque se acomodaba a mis horarios y me permite cierta independencia en relación con otros tipos de deportes que son grupales y que implican un consenso de diferentes personas, lo que es complicado si estudias un doctorado porque tienes los tiempos muy acotados”.
Más allá del término de su tesis, Ormeño proyecta seguir trabajando en el tema. “Podría vincularme a investigaciones en el tema de vides, en el caso que se diera la oportunidad, o retornar a Perú para realizar investigación y docencia, donde también me he estado desempeñando”. Aparte de doctorante en la UC, mantiene vínculos en un grupo de investigación de la Universidad Nacional de Cañete, de Lima. “Entonces, la posibilidad de impulsar estrategias colaborativas bilaterales también sería de interés, de modo que el resultado de mi investigación pudiese ser de utilidad para ambos países”, destaca.